viernes, 13 de noviembre de 2009

Construirán Impresionante Vía Expresa en Lima

Lima comenzará a construir el próximo año una de sus más grandes obras viales. Será la denominada Línea Amarilla, una moderna y espectacular vía expresa de 9 kilómetros de largo, que unirá las zonas este y oeste de la ciudad.

A mediados de año, la empresa brasileña Constructora OAS (que ya había construido la denominada Linea Amarela en Rio de Janeiro) hizo pública, por medio de una iniciativa privada, su propuesta para construir la obra, con una inversión de US$ 600 millones, y para usufructuarla mediante una concesión a 30 años. La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) la declaró de interés, por lo que comenzó a correr el plazo de 90 días. Si se hubiese presentado algún otro interesado, la MML hubiese tenido que convocar a un concurso público para que compitieran entre sí. Dado que se venció el plazo sin que esto último ocurriera, se la adjudicó directamente a OAS.
Así, quedó oficializada, más rápido de lo previsto, la ejecución de este importantísimo proyecto.


Este consiste en la construcción de una vía expresa, exclusiva para autos y camionetas, que, partiendo desde el puente Huáscar, en el distrito de El Agustino, llegará hasta el cruce de las avenidas Morales Duárez y Universitaria, casi en el límite del Cercado de Lima y Carmen de la Legua, en el Callao.

La Línea Amarilla comenzará en la Vía de Evitamiento. Allí, a unos metros del puente Huáscar, se elevará un viaducto que, en lugar de continuar por dicha ruta, cruzará por encima, y se dirigirá hacia la ribera norte del río Rímac, desplazándose luego a lo largo de ella (la calzada en sentido contrario, es decir, la que venga desde Lima por la ribera del río, cruzará sobre este y desembocará en la Vía de Evitamiento, rumbo hacia Javier Prado).

La vía transitará, como dijimos, por la margen norte del río. Cerca de la zona del cementerio se construirá un puente, para los autos que, viniendo del centro de la ciudad, deseen entrar por la avenida Sebastián Lorente.

Prosiguiendo su recorrido junto al río, al llegar al puente Huánuco, la vía se elevará, pasando por encima de este. Allí se construirá un intercambio de dos orejas, que, al estar ubicado junto al de cuatro orejas de Acho, conformará con este un muy vistoso conjunto vial.

Luego, se iniciará la mejor parte, pues la vía se deprimirá, se desplazará unos metros hacia la izquierda y se introducirá por debajo del lecho del río, a lo largo de casi tres kilómetros (de una manera similar a como lo hace la autopista Costanera Norte en Santiago de Chile, que recorre 4 kilómetros por debajo del río Mapocho). Será, desde el punto de vista de la ingeniería constructiva, la parte más interesante de todo el proyecto.
El túnel, que tendrá dos vías (de tres carriles cada una), contará con todos los servicios que una infraestructura de este tipo requiere (adecuada iluminación, sistemas de ventilación y seguridad, con cámaras de TV, etc).


Entrada y esquema del túnel santiaguino. Lima tendrá uno parecido.

Luego de haber atravesado subfluvialmente el centro histórico de la ciudad, la vía emergerá, poco después del puente Santa Rosa (avenida Tacna). Unas cuadras más allá habrá un viaducto sobre el río, que constituirá la entrada al túnel para quienes vengan desde el Callao por la avenida Morales Duárez.

Al acercarse al intercambio de Caquetá, la vía expresa (que en esa zona ya sólo tendrá sentido este-oeste) se bifurcará, en dos viaductos elevados.

Uno de ellos, pasando muy cerca del puente del Ejército (que dentro de poco será modernizado), enfilará hacia la avenida Morales Duárez. Tras recorrer un extenso tramo a nivel del piso, se elevará, para pasar por encima de la avenida Dueñas, a escasa distancia del puente homónimo.
Lo mismo ocurrirá unas diez cuadras más hacia el oeste, con un puente que cruzará sobre la avenida Universitaria. Hasta allí llegará la vía expresa.

El otro viaducto elevado nacido en la zona de Caquetá se dirigirá hacia la avenida Zarumilla y la Panamericana Norte, enrumbando hacia el intercambio de Habich, donde finalizará su recorrido.

Cabe mencionar la gran importancia que la nueva ruta le otorga a la avenida Morales Duárez y, en fin, a toda la margen del río, que, siendo una vía natural para la conexión este-oeste de la ciudad, había sido absurdamente dejada de lado. Con este proyecto, cobrará nueva trascendencia, convirtiéndose en una alternativa a las avenidas Colonial y Argentina. Ello se traducirá, aparte de las mejoras en materia vial, en mejoras de su aspecto urbano y en la conformación de un espacio mucho más acogedor, en el que, a diferencia de la situación actual, no faltarán las áreas verdes.

Hay que recordar, además, que hay proyectos importantes en la zona, que se verán beneficiados con el creciente dinamismo de esta avenida ribereña. Proyectos tales como la construcción de la autopista Gambetta, la probable utilización de las vecinas líneas del ferrocarril para el funcionamiento de un tren urbano que complemente al Tren Eléctrico, y otros proyectos, como el de construcción de la segunda pista del aeropuerto, que implicaría que la entrada principal de este ya no esté en la avenida Faucett, sino más bien en la ribera del río. Todos esos planes a futuro hacen pensar en la importancia que la avenida Morales Duárez podría llegar a tener, y en la urgencia de llevar a cabo proyectos como el que ahora comentamos.

Esta gran obra, la más cuantiosa que se haya emprendido en la ciudad en materia de transporte, comenzará a ser construida en el 2010, previéndose que quede concluida tres años después.


A partir del cuarto año se comenzará a ejecutar su segunda etapa, consistente en la ampliación y modernización de los 16 kilómetros de la Vía de Evitamiento, que, como se sabe, tiene su inicio en el Trébol de Javier Prado y finaliza en el intercambio de Habich. En un espacio de esa nueva y transformada autopista, OAS deberá construir también la vía para que opere la ruta 4 del sistema denominado Corredor Segregado de Alta Capacidad (COSAC, más conocido como El Metropolitano), con sus ómnibus articulados a gas, los que, a partir del año 2014, trasladarán pasajeros a lo largo de sus 32 estaciones. Una de estas, al hallarse en la zona del intercambio de Caquetá, permitirá el transbordo entre el COSAC 1 y el COSAC 4.

La empresa brasileña aportará la totalidad del financiamiento requerido para la ejecución de las obras descritas, y recuperará su inversión mediante el cobro del peaje, pero sólo cuando el avance de las obras haya alcanzado el 70% ú 80% del total, lo que ocurrirá aproximadamente en el año 2013. Dicho cobro (de 3 nuevos soles, equivalentes a poco más de un dólar) será efectuado en la garita de control ubicada en la entrada del túnel subfluvial, así como en la actual garita de la Vía de Evitamiento.

Como se puede ver en el video, se trata de un proyecto realmente monumental. En unos tres o cuatro años, cuando tenga terminada la primera parte de esta obra, así como el Metropolitano en su tramo Chorrillos-Comas, y la Línea 1 del Tren Eléctrico, Lima podrá decir que ha dado un paso gigantesco en materia de transporte urbano.

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